La pesca ocupa un lugar destacado.
LA HISTORIA
Las propiedades terapeuticas de lodos y arcillas son conocidas desde la antigüedad. Los chinos las usaron durante siglos en forma de cataplasmas para curar inflamaciones. Otras muchas culturas del subcontinente indio y de sudamérica encontraban alivio para las afecciones reumáticas en arenas y arcillas. Hipócrates (460-337 a.C.), uno de los padres de la medicina occidental, las recomendaba en sus tratamientos y otros muchos doctos de la antigüedad como Empédocles (490-430 a.C.), Galeno, en el siglo II de nuestra era, o Paracelso, en el siglo XVI, recogieron en tratados de medicina natural múltiples remedios populares a base de arcillas y lodos que aportaban al organismo iones minerales básicos para la salud, como el calcio, magnesio, sílice, hierro o potasio.
Los lodos del Mar Menor
Las particulares condiciones climatológicas del Mar Menor con un alto porcentaje de horas de sol al año y una elevada salinidad, han propiciado que en el extremo norte de la laguna, en la zona conocida como La Puntica, se fueran depositando durante siglos lodos muy apropiados para tratamientos terapeúticos. Los últimos análisis realizados por la Universidad de Murcia (estudio de 1995) revelan que estos sedimentos contienen un alto porcentaje de cationes, calcio, magnesio, potasio y flúor, así como aniones, cloruro y sulfato, muy superores a los esperables, incluso, en aguas de esta salinidad. Además la granulometría medida en esta zona incluye una elevada presencia de arenas finas y muy finas (limos y arcillas), que son las verdades artífices de las propiedades curativas atribuidas a los lodos. El ph es básico y oscila entre los valores de 7,12 y 8,45.
Las indicaciones
Los lodos basan su acción terapéutica
en su gran poder de absorción, su acción mineralizante, su
capacidad de neutralizar la acidez y su efecto estimulante de la cicatrización,
por lo que su uso es muy recomendable en muchos tipos de patologías
de la piel, como abscesos, úlceras, flemones, llagas, acné
o forúnculos. Una capa de lodo aplicada sobre la piel absorbe todas
las toxinas del sistema periférico del tejido conjuntivo y elimina
tóxicos linfáticos de la dermis, actuando como un verdadero
papel secante de la piel. Su alto poder de conductividad calórica
les hace también apropiadas como antiinflamatorios en casos de reumantismo,
artritis, gota y rehabilitaciones después de fracturas óseas.
También son recomendables para afecciones de garganta.
La aplicación
Los baños de lodo pueden aplicarse mediante
una espátula o con la propia mano. Conviene empezar con aplicaciones
puntuales de pequeña extensión y de una hora como máximo
de duración. Si no se presentan efectos secundarios, puede ampliarse
progresivamente la duración y grosor de la capa aplicada. Es mejor
efectuar los baños al sol y en época de calor para que la
capa de arcilla se seque y absorba bien. Una vez que esté seco,
debe lavarse el miembro afectado con agua salada.
El número de sesiones aconsajado debe ser
superior a 9, y según los habituales del lugar, siempre deben ser
impares, no lavandose durante todo ese tiempo con agua dulce.
Aguas Mineromedicinales
El Mar Menor es una laguna hipersalina. Las
características de sus aguas están condicionadas por
la insolación, los vientos y, sobre todo, la comunicación
con el Mediterráneo a través de las encañizadas.
Las concentraciones iónicas medidas para algunos elementos como
magnesio, calcio, sodio, bormo, iodo y flúor son muy superiores
a las del Mediterráneo. Está demostrado que los tratamienos
termales con este tipo de aguas salinas producen un efecto osmótico
en los tejidos intersticiales del cuerpo humano y una consiguiente activación
de todo el sistema sanguíneo. Como resultado , se produce
una eliminación de partículas tóxicas y una relajación
muscular muy indicadas para casos de artritis, reúmas, tendinitis,
estados nerviosos y todo tipo de patologías relacionadas con
las articulaciones.